viernes, 10 de julio de 2009

¿JUGAMOS AL TETRIS?

A mí jugar al tetris se me daba más o menos bien, aunque a mi amiga Ana se le daba superior… vaya palizas me daba en aquella época en que nos íbamos a los “vicios” del Paseo de Colombia... Esta última semana he tenido que poner en práctica algunas de las destrezas adquiridas durante mis años de jugadora empedernida del tetris. Cojo yogur, giro cuarenta y cinco grados a la izquierda, encajo. Bote de tomate, ojo que está abierto, giro noventa grados y lo pongo de canto, hacia arriba, encajo. Bolsa de ensalada… esto es informe… cualquier hueco me servirá. Aunque parezca mentira, compartir el frigorífico con otros nueve vecinos de corredor, puede convertirse en un auténtico tetris… Los espacios libres son codiciados. Tus productos pueden verse desplazados en un afán de alguien de aumentar su territorio. Para colmo, todo el mundo compra en el C1000 (un supermercado que hay aquí al lado) por lo que los envases y productos son los mismos… ¿yo me había comido ya medio de este yogur?, juraría que me quedaba más de medio cartón de leche…
Exageraciones aparte y teniendo en cuenta que los últimos meses me he acostumbrado a comer mucho producto fresco, no sé de quién será la culpa… pues decidí comprar un frigorífiquen, digo, un frigorífico. Es pequeño, ronronea un poco, pero así, muy bajito, casi arrullador. Es calidad de vida. Si tienes lejos a toda la gente que quieres y que te quiere, tampoco es que poder sacar un zumito de la nevera te limpie de nostalgia, pero te hace más llevadero el día a día.

1 comentario: