domingo, 26 de julio de 2009

DOMINGO POR LA TARDE



Veintidós agradables y soleados grados. Tengo que aprovechar para practicar inglés aquí en Wageningen, así que he quedado esta tarde con una estudiante tailandesa, Erna, que está aquí finalizando su tesis sobre I+D en agricultura. Lleva ya varios años viviendo en Wageningen y se marcha dentro de un mes. Parece que al venir con un grupo de estudiantes tailandeses, no ha practicado mucho inglés, así que solo quería “ya in extremis”, coger un poco de soltura antes de volver para que su director de tesis le diera el visto bueno. Vi su anuncio en la web de estudiantes de Wageningen, que llevaba ya casi un mes y sin respuestas, así que contacté con ella, advirtiéndole, por supuesto, que no era la solución a su problema, porque mi inglés subbético-cordobés tampoco es que sea muy refinado… Pero hemos estado esta tarde en la plaza de la iglesia tomando una coke… ¿y qué carajo hago yo tomando cocacola que no me gusta? Pues que cuando quise darme cuenta ya tenía al camarero preguntándome qué quería tomar… y lo primero que se me vino fue… “a coke, please”. Pero antes, en el camino de ida (perdón por el flashback, esto parece “Lost”) a eso de las 16.00, salgo de Bornsesteeg con mi bicicleta canturreando la canción de verano azul, hasta que mi ritmo se fue haciendo cada vez más desacompasado y la melodía pasó a tener un tono interrogativo… No me crucé casi con nadie en todo el trayecto. ¿Dónde está la gente un domingo por la tarde? Wageningen no es Amsterdam. Vale. Pero con treinta y tantos mil habitantes, era como para encontrarse siquiera a una docena. Pues no. Esto no pasa en Granada. Bueno, ahora que lo pienso, con cuarenta grados o más a las 16.00 en Granada tampoco es que haya mucho ambiente… Al llegar a la plaza me encuentro con Erna y nos tomamos esa cocacola en una terraza. El camarero nos sirvió y volvió con algo en la mano. Por un momento, muy fugaz claro, pensé que era una tapa. Pero eran los posavasos de cartulina… Eso en Granada no pasa. En Granada te ponen tu maravillosa tapa (snif, homesick) y posavasos si vas al Dylan. Hablamos un poco de todo. Es curioso. Una tailandesa y una española hablando en inglés en The Netherlands. Cuando nos íbamos, la chica sacó un billete de veinte para pagar. Cuando el camarero volvió, le dio dos billetes de diez euros y algunas monedas. Al parecer, Erna le había dado un billete de veinte doblado con otro de diez y el camarero se lo devolvió. Eso sí que no pasa en Granad… en España… en general…
Greetings from Wageningen!!!


1 comentario: